El Rayo de la Muerte

 

EL VERDADERO TRABAJO DE LA MUERTE COMO ENTIDAD ESPIRITUAL

Es urgente que la humanidad comprenda realmente qué es la muerte.
El ser humano en general, le tiene temor a la muerte y esto se debe a la ignorancia. Uno siempre teme a lo que desconoce. Cuando la conciencia despierta, la ignorancia desaparece y deja de existir el temor a la muerte. Nadie muere en la víspera. El ser humano muere el día y a la hora que señala la Ley del Destino. Desafortunadamente la humanidad desconoce esta ley."La causa de la muerte es el pecado", dicen las Sagradas Escrituras; realmente el ser humano al cometer el pecado original en aquel Paraíso Terrenal, quedó sometido a una cadena de muertes y nacimientos, de las cuales solo podrá liberarse cuando nazca por segunda vez del agua y del fuego, cuando sea bautizado por el Espíritu. El rayo de la muerte, es el único rayo que el ser humano no puede resistir. Su energía es tan fuerte que destruye totalmente el organismo humano. Es una energía de tan altísima corriente, que inevitablemente destruye el organismo, al circular por éste. San Pablo nos dice en la Biblia que el ser humano posee un cuerpo carnal y un cuerpo espiritual. A este cuerpo carnal se le llama "cuerpo físico" y al cuerpo espiritual le llamamos "alma o cuerpo astral". Estos cuerpos están unidos por un cordón fluídico o energético, que en esoterismo se denomina "Cordón de plata".

Primer Juicio.

Al morir, el desencarnado es sometido a un primer juicio. El desencarnado cae en un desmayo de tres días y la vida que acaba de pasar comienza a verla como una película, en forma retrospectiva, desde la muerte hasta el nacimiento. Al ver los malos actos cometidos siente vergüenza y se alegra al contemplar las buenas acciones. Se dice que el desencarnado ésta recogiendo sus pasos. Este juicio es realizado por la Ley Divina para que el desencarnado haga conciencia de las buenas y malas obras que realizó en la vida.
Después de realizado el primer juicio, un Ángel de la Muerte, que trabaja bajo la dirección del Maestro ORIFIEL de Saturno, corta el cordón de plata que une al cuerpo físico con el cuerpo astral o alma. El cordón es cortado con una guadaña. Este cordón o hilo maravilloso, pertenece a las dimensiones superiores del espacio, solo puede ser visto con el sentido espacial o clarividencia.
Los moribundos suelen ver el Ángel de la Muerte como una figura esquelética, espectral, bastante horrible.

Realmente lo que sucede, es que este ángel se reviste con el traje que corresponde a su oficio; así como en su práctica el policía viste con su uniforme; el médico, con su bata blanca; el juez, usa su toga; el sacerdote, su hábito religioso, etc. Las vestiduras funerales y las esqueléticas figuras de los Ángeles de la Muerte, horrorizan a aquellos que todavía no han despertado la conciencia.
Ha ocurrido muchas veces, que a personas a las que se les está realizando el primer juicio, revisando la película de su vida, han regresado nuevamente a la vida. De ellos hay muchos testimonios, se han escritos libros y realizado películas.

¿Qué es lo que va al sepulcro?
Dos cosas van al sepulcro: La primera, el cuerpo físico; la segunda es la personalidad humana. Esta personalidad es el vehículo a través del cual se manifiestan los defectos, durante cada una de nuestras existencias. El cuerpo de la personalidad, se forma durante los primeros 7 años (en la infancia) y se robustece con las experiencias. A veces la personalidad del muerto se pasea por el cementerio; también suele salir de su sepulcro cuando sus dolientes la visitan y le llevan flores. Poco a poco, la personalidad se va desintegrando. La personalidad es energética y atómica. La personalidad es perecedera. No existe ningún mañana para la personalidad del difunto, ella es mortal. La personalidad no se reencarna. La personalidad es hija de su tiempo y muere en su tiempo.

 El cuerpo vital.
En el organismo humano existe un cuerpo Termo- Electromagnético. Este es el cuerpo vital. Dicho cuerpo es el asiento de la vida orgánica. Ningún organismo podría vivir sin el cuerpo vital. Cada átomo del cuerpo VITAL penetra en cada átomo del cuerpo físico para hacerlo vibrar intensamente.

Todos los fenómenos químicos, fisiológicos y biológicos, todo fenómeno de percepción, todo proceso metabólico, toda acción de las calorías, etc., tiene su base en el cuerpo VITAL. Este cuerpo es realmente la sección superior del cuerpo físico, es un cuerpo TETRADIMENSIONAL.

Este cuerpo ya ha sido estudiado por la ciencia. A través de la fotografía KIRLIAN, se ha podido evidenciar su existencia.

En el ultimo instante de la vida, dicho cuerpo se escapa del sepulcro, flota cerca del sepulcro y se va desintegrando lentamente, simultáneamente con el cadáver o cuerpo físico.
Sabemos muy bien que cada 7 años cambia totalmente el cuerpo físico y no queda ni un solo átomo antiguo en dicho cuerpo. Empero, el cuerpo vital no cambia, en él están contenidos todos los átomos de la niñez, adolescencia, juventud, madurez, vejez y decrepitud. El cuerpo físico pertenece al mundo de 3 dimensiones. El cuerpo vital es el cuerpo de la cuarta dimensión.

 Los ángeles de la muerte.
Son seres perfectos. Es muy amarga la pérdida de un ser querido y parecería que los Ángeles de la Muerte fuesen demasiados crueles, pero ellos realmente no lo son, aún cuando parezca increíble los Ángeles de la Muerte trabajan de acuerdo con la Ley, con suprema sabiduría, muchísimo amor y caridad.

Los Ángeles de la Vida le dan al ser humano un cuerpo vital para que pueda vivir. Los Ángeles de la Muerte le quitan al ser humano la vida. Esto lo hacen cortando el cordón de plata. Dicho cordón se corresponde con el cordón umbilical y es séptuple en su interna constitución íntima.

Los Ángeles de la Vida conectan el cuerpo molecular de los desencarnados con el zoospermo. Así, estos vuelven a tener un nuevo cuerpo. Realmente el cordón de plata es el hilo de la vida que los Ángeles de la Muerte rompen en su día y en su hora, de acuerdo con la Ley del Destino. Este hilo maravilloso pertenece a las dimensiones superiores del espacio, solo puede ser visto con el tercer ojo o clarividencia.